Una vez más nos reuniremos para exponer, reflexionar y debatir sobre diversas temáticas que tienen relevancia y significación para los jóvenes. El jueves 25 y el viernes 26 de Septiembre nos juntamos en El Almenar en un clima de respeto y tolerancia, con estudiantes de distintas realidades que nos visitan, y donde debaten ensayos propuestos por alumnos que han trabajado durante algún tiempo y que ahora les presentamos. Los siguientes ensayos esperan sus comentarios antes de ser expuestos. Felicitaciones a los expositores y buena suerte.

Hernán Quinteros
Profesor de Filosofía
Organizador del Encuentro
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Participaron de este Encuentro los Colegios International Country School, Colegio Francisco Arriarán, Liceo Tajamar de Providencia, Colegio Estela Segura, Colegio Jorge Huneeus, Colegio San Luis de Curacaví, Colegio Andino y por supuesto nuestro Colegio Almenar del Maipo

Reflexiones desde el manicomio

Alumna: Fernanda González
Curso: III Medio
Profesor: Mauricio Serrano Gajardo
Colegio Estela Segura

Pareciera ser que por una predisposición natural o por una necesidad tendemos a vivir en comunidad. Cuando digo predisposición natural me refiero a que somos inherentemente gregarios y cuando digo por necesidad me refiero a que los individuos se agrupan para resolver en conjunto aquello que individualmente no pueden lograr. Sea por una causa o por otra la sociedad, tendría en un caso, como de suyo el logro del bienestar y la felicidad a condición del supuesto gregarismo humano. Por otro lado, si la sociedad se gesta de la necesidad de protección, debería explícitamente, como un imperativo de existencia, tender al bienestar y la felicidad. Sin embargo, ese propósito implícita o explícitamente, podemos ver, no se manifiesta en la mayoría de los componentes humanos que constituyen lo que entendemos por sociedad. Así cabe preguntarnos ¿qué hemos hecho que aquello que debía tender al bienestar y la felicidad haya tomado el camino contrario del dolor y la infelicidad de una gran parte de quienes le dan sentido ¿qué ocurrió, en ultimo termino, con aquello que nos protegería de las inclemencias de la naturaleza física y humana.

Nos imaginamos alguna vez consciente o inconscientemente que vivir en sociedad sería el paraíso sobre la tierra, que la ley y los derechos nos protegerían de los abusos de algunos, puesto que debemos pensar que inherentemente la ley nace, como principio, para proteger al más débil del más fuerte, sin embargo, la utopía no es así y pareciera ser que la misma sociedad mutó y perdió su naturalidad o decir, en términos psicoanalíticos, nos mostró su lado oscuro y enfermo y en vez de vivir protegidos por esta construcción física y mental, vivimos protegiéndonos de ella, angustiados, constantemente, en ella.

Hemos creído ser libres, hemos creído pensar, decir y construir nuestra realidad, sin mas, pareciera ser que la realidad se nos ha impuesto brutalmente sobre nuestras conciencias. Nadie nos escucha, nadie nos espera, se nos bombardea con propagandas, se nos susurra al oído prometiéndonos una y otra cosa para un futuro mejor No obstante, pareciera que el pacto que, involuntariamente, hacemos con la sociedad al nacer es mas que un pacto de felicidad, un pacto con el diablo, pacto que nos enloquece, nos tortura, nos estresa, desde un principio a un fin. En consecuencia cabe preguntarnos: quien es ese demonio que genera toda esta situación que nos lleva a vivir condenados como Sísifo por los dioses a vivir esclavizados por la sociedad. ¿Quién es el culpable de todo este estado brutal, y demencial? ¿Hay un punto donde encontrar el principio gestor de todo esto, ¿Quién es el responsable? Me gustaría pensar en algo, sin embargo, no lo sé.

Mientras más días pasan, las presiones son mayores, algo sin remedio. Tenemos que hacer y estar haciendo constantemente, pues así está determinado. No se debe preguntar por qué, para qué, es como el pasaje bíblico en el cual no puede mirar atrás. Esta es la vida, la vida que nos es dada por nuestra sociedad, somos nosotros y nuestras ocupaciones; somos nuestras ocupaciones. Estamos forzados a estar haciendo siempre algo, a lo cual con suerte algunas veces le encontramos un sentido. El pacto es con el diablo, por tanto debes entregar el alma si un día quieres salir. Mientras tanto debes escuchar historias, debes tratar de estafar a alguien, obtener dinero, y así conseguir Poder, Status, Placer, Sueños, Viajes, etc…Muchos tienen golpes de suerte, y no acarrean la piedra hasta la muerte y pueden vivir como se dice la vida a concho, convirtiéndose en los modelos a seguir, Así También, hay otros que son la gran mayoría, los cuales luchan por siempre por sobrevivir en un trabajo, para así conseguir los últimos días de su vida una muerte entre comillas digna. Aquí es donde comienza la locura y la sociedad se convierte en un manicomio donde todos corren y corren, de lunes a domingo, sin parar, puesto que no pueden perder el tiempo. En efecto esta tensión, esta guerra social de todos contra todos, la competencia diaria, la capacidad de mantener un puesto, una posición y un trabajo, el cupo de la tarjeta de crédito, el dinero para el colegio de los hijos, las vacaciones, la bencina para el auto, el virus del computador, la ubicación del plasma en el dormitorio, el sexo, las estupidas justificaciones por los atrasos en el trabajo, los puntos de vista y opiniones con respecto a cualquier cosa, etc…es la que nos lleva al colapso

La idea del colapso y la tensión, la podemos fundamentar a través de lo que entendemos por angustia y estrés Se plantea que esta anomalía, este estado de tensión, representa una reacción normal del organismo, como respuesta a una situación de agresión que reclama un esfuerzo de adaptación inhabitual y rápido; un mecanismo de defensa natural, al cual nadie es vulnerable. La tolerancia al estrés y la angustia constante generará todo aquello que debilita al organismo: enfermedades físicas y psíquicas, cansancio, adelgazamiento, insomnio, alcoholismo, etc…También influye mucho posibilitando la gestación del estrés la sensibilidad del organismo al momento de nacer, como, así también, la situación de vida, por ejemplo: si se debe enfrentar pobreza, aislamiento social, cesantía, soledad, etc...Cuando el organismo se enfrenta a una situación estresante se reacciona aumentando la producción de ciertas hormonas, como el cortisol y la adrenalina, las cuales dan lugar a modificaciones en el ritmo cardiaco, la presión sanguínea, el metabolismo y la actividad física.

Las personas, desde muy pequeñas, nos estamos enfrentando a situaciones tensionantes, la sociedad nos impone cumplir, sometiéndonos a una presión constante que no nos permite desarrollarnos activa y positivamente frente al mundo. Como decíamos, anteriormente, la tecnología, el trabajo, los estudios, la necesidad, la responsabilidad, el calentamiento global, la naturaleza, el amor, la familia y sus requerimientos, nos llevan a ese estado de angustia y tensión que nos pone hipersensibles ante el mundo, y nos debemos reprimir ya que se nos exige, permanentemente, fuerza y prestancia en todas las cosas que hacemos. Pero que ocurre con nosotros en esos momentos ¿existe un encuentro con nosotros mismos? Como decíamos, implícitamente, no nos esta permitido salirnos del juego “vivos” ni menos se nos atisba que esto con el tiempo vaya cambiar. Así la tensión se acumula, con el tiempo, en nuestro inconsciente, presionando a través de manifestaciones enfermizas lo que esta ocurriendo, como si, inconscientemente, pidiésemos auxilio. En efecto, nos queda pensar si acaso la sociedad nos impide de suyo la posibilidad de la felicidad y sólo nos ilusiona con que ésta está a la vuelta de la esquina.

¿Qué podemos hacer en esta sociedad que nos esta matando? Pertenecemos a ella, ella nos cobija, no obstante, para perpetuarse nos hace sentir culpables de nuestros actos, pensamientos y decisiones, pareciera ser que lo mejor es seguir el juego, perdernos en la masa, no dar la cara, disiparnos en medio de las innumerables cantidades de entretenciones y narcóticos que se nos dan, no ser mas yo y ser todos, ver televisión, ir al supermercado, chatear con alguno que otro entupido que no falta en la red, ir alguna fiesta conversar de fútbol o del tiempo como un tonto y olvidarme de lo que pensé que una vez era la vida.

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