Una vez más nos reuniremos para exponer, reflexionar y debatir sobre diversas temáticas que tienen relevancia y significación para los jóvenes. El jueves 25 y el viernes 26 de Septiembre nos juntamos en El Almenar en un clima de respeto y tolerancia, con estudiantes de distintas realidades que nos visitan, y donde debaten ensayos propuestos por alumnos que han trabajado durante algún tiempo y que ahora les presentamos. Los siguientes ensayos esperan sus comentarios antes de ser expuestos. Felicitaciones a los expositores y buena suerte.

Hernán Quinteros
Profesor de Filosofía
Organizador del Encuentro
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Participaron de este Encuentro los Colegios International Country School, Colegio Francisco Arriarán, Liceo Tajamar de Providencia, Colegio Estela Segura, Colegio Jorge Huneeus, Colegio San Luis de Curacaví, Colegio Andino y por supuesto nuestro Colegio Almenar del Maipo

Autocensura v/s P.D: Te Quiero

Alumna: Gabriela Solís
Curso: III Medio
Profesor: Hernán Quinteros
Colegio International Country School

Elegir, muchas veces cuesta.

Cada vez que nos imponen algo se nos ocurre que podríamos hacer algo mejor, pero cuando la opción de elegir se deja a la libertad de cada uno, se nos hace cada vez más complicado ¿Será acaso por falta de conocimientos, desinterés, indecisión o disconformidad?
Para algunos es simple: preferir sentarse a esperar a que alguien les diga qué hacer y cómo; así es más fácil y menos problemático. También es una mejor manera para culpar al otro si lo que le fue impuesto no resulta como había sido planeado.
Quizá sea un modo menos complejo de hacer las cosas, pero lo más probable es que no sea tan satisfactorio como cuando la iniciativa de hacer y lograr algo nace de uno mismo.

Frecuentemente nos limitamos, día a día, muchas veces sin notarlo y otras tantas con intenciones de evadir posteriores consecuencias. Nos limitamos, a veces hasta en las cosas que nos gustan o deseamos, hasta en aquellas que nos hacen sentir bien…
Hacer lo que nos parece, lo que nos sienta bien. Suena interesante lograr alcanzar lo que nos llena y sin tapujos nos hace felices.

Ganar la lucha entre los límites y las satisfacciones es verdaderamente difícil (al menos a mi parecer), ya que si pasamos a llevar alguno de los límites podemos irrumpir en la libertad de otro (¿y quien fija los límites? ¿Cuáles son? ¿Quién sabe?).
Pensando en esto último, aparece la ideal del típico dicho: “La libertad de cada uno termina donde comienza la del otro”. En este caso ¿Cómo saber hasta donde podemos llegar?

Hablemos ahora de lo límites que nos ponemos nosotros mismos, aquellos que nos llevan de alguna u otra manera, incluso (según mi criterio) a la censura.
Algo más técnico: según la Real Academia Española, censura es la corrección o reprobación de algo.

A pesar de ser la censura una “medida” aplicada externamente a nosotros, pero sobre nosotros para reprimir y evitar consecuencias indeseadas, quiero enfocarme ahora, en la censura desde otro punto de vista; cuando reprimimos PENSAMIENTOS PROPIOS, ya no sería censura externa aplicada sobre nosotros, sino, AUTOCENSURA.

Psicológicamente, la censura es la lucha que mantiene el yo y el superyó sobre el ello, para impedir el paso de impulsos “nocivos” hacia la conciencia.
En otras palabras, es una lucha que se produce entre nuestro estado consciente e inconsciente.

A lo que quiero llegar, es a dar cuenta que finalmente, sea consciente o inconscientemente, sigue siendo uno mismo el que reprime SUS PENSAMIENTOS: a quien no le ha pasado que quiere decir algo, pero por las consecuencias que tal comentario pueda provocar, lo piensa dos veces y termina prefiriendo guardárselo o sólo comentarlo al oído con quien se encuentre a su lado, por ejemplo: con el compañero de banco (Y solo para no seguir sintiendo la necesidad de que alguien mas lo sepa). En cierto modo, es censura ¿no?
Dicho “miedo” a las consecuencias (o al que dirán) también es infundido de alguna manera por la inevitable y absorbente sociedad: que hay que respetar, que hay que mantener una buena imagen, que hay que adaptarse a las situaciones y dejar de hacer algunas cosas, que es preferible mantener un bajo perfil, que hay que ser obediente, que hay que cumplir, que mejor haz lo que te digo, que ni esto ni lo otro es bueno (¿y que es bueno o malo?)…

Esta es la sociedad en que vivimos, mejor dicho, que no deja vivir ni actuar a gusto; pero muchas veces, cuando actuamos a gusto dicha sociedad nos critica o somos mal vistos. Es una sociedad que nos va quitando esencia y moldeando, nos hace cada día mas esquematizados. ¿Qué esperamos para darnos cuenta? quizá en algún momento todo pueda ser 100% predecible (¿o ya lo es? espero que no)

En comparación a la autocensura, se me viene a la mente el rol del periodismo chileno, que en vez de simplemente entregar la información necesaria, manipula y aterroriza; y finalmente quedamos bajo llave.

Limitaciones, a través de la censura, llegan a invadir tanto ámbitos que nos rodean como nuestras indefensas cabecitas.

Todo esto se asemeja a un semáforo:
- Luz verde: la presión que ejerce nuestro consciente sobre la lucha, para lograr que los impulsos sean manifestados. Aquí influye la presión de la sociedad, incorporada inconscientemente desde pequeños, sin embargo, estamos conscientes de ella (incluso, muchas veces la criticamos, como ahora mismo lo estoy haciendo)
- Luz amarilla: En donde se produce la lucha. Los impulsos quieren salir, nadan hacia la superficie, pero algo los sujeta de los pies.
- Luz roja: la presión que ejerce nuestro inconsciente sobre la lucha para impedir la manifestación de los impulsos que quieren salir. Aquí influye la autocensura, que solo nace de nosotros mismos.

Claro, como no va a actuar la autocensura, si ya está completamente incorporada en nuestro inconsciente, queramos o no.
Lo que no reprime nuestro inconsciente lo reprime la sociedad o viceversa, y vamos quedando marginados en nuestro propio vivir.
Esto es algo que nos consume y no hacemos nada frente a ello. Si hay alguien que sepa como enfrentarlo, que lo diga.

Somos seres humanos, se dice que la especie mas evolucionada, que usamos el pulgar, que caminamos erguidos y ¡cuántas cosas más! Pero de nada sirve caminar erguidos, si caminamos con la cabeza gacha, mirando la punta de los pies ¿o las hormigas que pasan?
Así, como ésta última comparación: de nada sirve ser los supuestos “más evolucionados”, si dicha evolución no nos da cuenta de cuánta falta nos hace un poco de amor.

Tampoco se trata de vivir puramente de cariños. No. Una caricia no quita el hambre.
El punto es otro.

Quizá el afecto es el único ámbito en el cuál mas que la sociedad, influye uno mismo. No como en la política, ni la religión, ni el arte, que son criticados e influidos por la sociedad constantemente. Podría ser quizá, el afecto el camino de fácil escape a la presión que nos persigue.

Y al final de todo: si, el hombre es el ser más evolucionado en el planeta Tierra, y a la vez el ser más arrogante. Podemos provenir de Homo Sapiens y seguir evolucionando, pero al parecer nada de Sapiens nos va quedando.

O quizá sea, que para nuestra sociedad no se necesite tanto Sapiens. Es verdad, son muchos los que no piensan las cosas antes de hacerlas, pero a veces es necesario dejar las reflexiones de lado y actuar más.

Si lo vemos desde este punto de vista, el afectivo; actualmente, lo que a nuestra sociedad le sobra es lo Sapiens, sin embargo, le falta afecto. Sí, todo esto es una contradicción. Después de todo: si provenimos de una evolución animal ¿Por qué no seguir un poco el ejemplo que nos entregan? ¿Por qué no obedecer; aunque sea un poco más; a nuestros instintos?

PD: Te quiero.

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